El tema de nuestras herma-nas mayores y enfermas ha sido un asunto clave en los dos últimos capítulos generales de la Congregación.
Han tenido que pasar doce años para que esta propuesta se haga realidad y hoy podamos contar ya con una pequeña residencia nuestras hermanas que ya no pueden realizar un apostolado concreto en las comunidades donde estaban, debido a su falta de fuerza física y a su enfermedad.
Así y después de mucho pensar donde sería el mejor lugar, no solo por el edificio sino por la asistencia médica y por las personas que pudieran cuidarles, el Consejo actual decidió que se construiría en Villafranca de los Barros, ya que esta casa tenía espacio y garantizaba la asistencia a todos los niveles.
Esta pequeña residencia se inauguró y bendijo el día 8 de diciembre del 2014, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de la Fundación de la Casa.
Sus instalaciones están adosadas a lo que, desde hace muchos años, es el Hogar-Residencia Ntra. Sra. de los Ángeles, atendida por las hermanas de la comunidad y por personal laico.
No fue hasta el mes de mayo cuando se instalaron las primeras hermanas: Hna. María del Prado, Hna. Isabel de San José y Hna. Gracia, formando comunidad con Hna. Dolores, que ya estaba en Villafranca, y con Hna. Valle que ha sido la última en incorporarse.
Es pequeña pero acogedora, goza de todos los servicios propios y de personal en la atención de personas mayores.
Forman una pequeña comunidad, adaptándose a las circunstancias de cada una, están asistidas espiritualmente por una hermana de la comunidad de la casa y por los sacerdotes de la Parroquia de Ntra. Sra. del Valle, aunque las que pueden asisten a la eucaristía en la capilla semipública de la casa. Ellas tienen un pequeño oratorio para sus rezos.
En las celebraciones especiales de la Congregación y otras, suelen compartirlas con la comunidad de la casa; los domingos rezan vísperas las dos comunidades juntas.
Llevan una vida sencilla de oración, lectura y pequeños trabajos que pueden realizar.