El día 18 de noviembre del 2002 salían de Madrid dos hermanas: Hna. Ángela Cortés Vecino, en calidad de Superiora General y Hna. M.ª Mercedes Díaz, como encargada de la formación, rumbo a tierras peruanas, en concreto, a la ciudad de Lima, para abrir una Casa de Formación, ya que parecía que aquí se estaban cuajando algunas vocaciones. Éste era un proyecto sumamente pensado y reflexionado por el Gobierno General, que ¡por fin! iba a hacerse realidad.
Estas hermanas llegaron a Lima en el horario previsto y fueron muy bien acogidas por una religiosa de la Congregación (Hna. Amor) y por las familias de Nora y Marina, dos personas amigas y conocidas de la Congregación.
El día 1 de febrero de 2003, vísperas de la Presentación, se celebró la primera eucaristía en esta casa; la presidió el P. Rolando, religioso claretiano y párroco del «Corazón de María», que es la parroquia a la cual pertenecíamos y con la que colaborábamos en sus catequesis y otros apostolados; asistieron unas 30 personas, entre amistades y comunidades conocidas.
Después de la misa, compartimos la mesa con las personas que nos acompañaron. Con esta eucaristía se daba por comenzado el postulantado con tres jóvenes proceden-tes de Chachapoyas. El día 14 de febrero, partir las tareas de la formación. Vivíamos en una casa alquilada en el distrito de Magdalena. A los dos años, la Congregación compró una casa en el distrito de Pueblo Libre, que estaba más cerca de Confer y de otros centros de estudios, donde las jóvenes asistían desde el inicio de su formación.
La misión prioritaria de esta comunidad es la formación inicial: postulantado, noviciado y juniorado.
El aspirantado, desde siempre, ha estado en Chachapoyas; tan solo un año hicimos la experiencia de pasarlo a Lima. Por esta casa han pasado varias jóvenes para iniciar su formación; unas se han quedado en el camino y otras continúan con nosotras.
Todas han asistido a Confer Lima en las diferentes etapas de Formación. Algunas han iniciado y/o terminado su carrera universitaria; otras, estudios previos a la carrera; todas han asistido a cursos de informática y de inglés, también algunas a la formación teológica en el ISET.
Actualmente, la comunidad está formada por dos hermanas profesas españolas y una joven peruana que está en su 6° año de juniorado, y que, en este año jubilar de la Misericordia, recibirá sus votos solemnes.
Pero no es solo la formación, la tarea que desarrollan las hermanas en Lima, también ejercen otros apostolados: una hermana trabaja como teóloga bíblica desde que llegó a Lima en 2003 en el Instituto Bartolomé de las Casas, acompañando en talleres y preparando cursos teológicos para laicos; todas colaboran en los diversos apostolados: catequesis de niños, de adul-tos, visita a enfermos, pastoral juvenil, etc. de la Parroquia Santa María Magdalena, asignada a los religiosos Agustinos Recoletos y de la cual formamos parte desde el año 2004 que nos cambiamos de casa; otra misión de la comunidad es acompañar a algunas familias pobres y que viven en la periferia de Lima, a través de apadrinamientos y ayudas de España, a las que no solo se les ayuda económicamente sino que se las acompaña en el proceso de sus hijos o hijas, manteniendo después mucha relación con la comunidad; otra tarea es el acompañamiento a personas drogo-dependientes en proceso de rehabilitación en el centro «Escuela de Vida», cuyos responsables son los religiosos «Hermanos de la Caridad»; es una tarea difícil ya que la tentación a salir o a consumir es grande.
Esta casa acoge en algunos momentos del año a sacerdotes diocesanos de la diócesis de Mérida-Badajoz, que van de visita a Perú o que ejercen su misión en Perú, en las diócesis de Chachapoyas o Cajamarca; también es casa de acogida para laicas y laicos que quieren realizar una experiencia de misión en Perú.
En concreto, una persona laica, familiar de una hermana de la Congregación, va todos los años, siempre acompañada por una o varias personas, y esta es su casa de estancia en Lima, antes de partir a la misión en Leymebamba.
En el VII Capítulo General se propuso un nombre carismático para esta casa, pro-puesta que se aceptó y, desde entonces, se llama Casa de Formación «María José de la Eucaristía», en honor a nuestra madre fundadora que aunque ella no la conoció, siempre expresó grandes deseos de hacerlo.