Los comienzos de esta Fundación, como varias de nuestras casas, fue providencial; las cosas suceden porque Dios quiere que sucedan y pone en el camino mediadores para que se realicen y se lleven a buen término.
Según los archivos de la casa, esta residencia de mayores fue, en un principio, un Hospital-Asilo, para personas pobres, no solo de Valencia sino de los pueblos de alrededor; hospital que era regentado por otra congregación religiosa, las «Hermanas de la Caridad del Sagrado Co-razón» que, gracias al buen hacer del que entonces era su alcalde, D. Juan Zamora Barroso, pasando muchas dificultades, logró encontrar recursos para el funcionamiento de esta casa asilo municipal, incluso aportando la gratificación que él recibía como alcalde, según consta en un documento que su hijo Leonardo escribió y que permanece en el archivo de la casa.
Las hermanas que se responsabilizaron de la casa se dieron cuenta que ellas no habían sido llamadas para ese apostolado; su carisma era la enseñanza y, por lo tanto, aparece la dificultad de quien se haría cargo de esta obra.
Una nueva preocupación para su alcalde, que tanta fe y tantas ganas tenía de sacar adelante el proyecto; pero, un día, dialogando del tema que tanto le preocupaba con un viajante, este le dijo que una hermana suya había fundado en Alcuéscar una congregación, que se lo comentaría y le pondría al habla con ella.
Así fue como nació esta fundación del Hogar Residencia San Pedro de Alcántara, llegando a un acuerdo de nuestra madre fundadora y D. Juan Zamora, acordando varios puntos, pensando en la comunidad de hermanas que enviaría a esta casa: apertura de una puerta que se comunicara con la capilla de San Antonio, para el rezo no solo de las hermanas sino también de las personas asiladas, conseguir un capellán para celebrar la eucaristía diariamente (desde los inicios hasta la fecha, D. José Manuel ha ejercido esta misión) y otras cosas más como la manutención de la comunidad y el que dispusieran de sus días de vacaciones.
Así, grosso modo, es como fue fundado el Asilo de Ancianos de Valencia de Alcántara; demos gracias a este hombre que tal vez se fue de este mundo sin haber sido debidamente reconocido por su pueblo, pero, según su hijo, su padre es recordado con estima y cariño.
Y así, el 14 de febrero de 1957, llegaban las cinco primeras hermanas, que se responsabilizaron de todo; hay que recordar que la Institución era muy pobre, y los asilados aportaban, en aquella época, muy poco, por ser todos de bajos recursos. Al principio les ayudaba en las tareas una se-ñora asilada (Quica); poco a poco, fueron necesitando más personal y contaron con una limpiadora y cocinera. Pero eran realmente las hermanas las que de día y de noche asistían a los hombres y mujeres que se acogían en esta residencia.
Desde los inicios ha sido la superiora de la casa la responsable de la residencia, manteniendo una buena y constante relación con el Ayuntamiento, al cual da razón mensualmente de los gastos y de todas las necesidades de la casa.
Normalmente, en Navidad, el Alcalde y su Corporación visitan la residencia llevándoles algún presente a las personas residentes.
Así se ha ido forjando lo que hoy es el Hogar-Residencia «San Pedro de Alcántara», popularmente llamado «San Antonio», donde se vive el Carisma desde la acogida y atención a quienes necesitan encontrar un ambiente familiar y cálido.
En el 1980 se adapta la casa para casa de ejercicios o espiritualidad, donde acuden los distintos grupos de la diócesis y otros grupos que vienen de fuera, tanto para tener días de encuentro con el Señor en el silencio y en sagrario, como otros que pernoctan por pasar a otros lugares de la provincia o Portugal.
La casa siempre se ha considerado como casa-madre de la Congregación, por haber sido donde más tiempo ha vivido la fundadora y donde ejerció el cargo de Superiora General, ecónoma, etc. hasta su muerte que fue el 19 de septiembre del año 2005…
Hasta última hora permaneció relativamente bien, como una anciana de 98 años a la que le fallan sus facultades mentales y físicas en ocasiones y que necesita del cuido de alguna hermana encargada de ella.