En octubre de 1962, la familia Gragera Amigo, de Puebla de la Calzada, dona a la Congregación una casa en Plaza de España, 10, de dicha localidad, con el objetivo de que acogieran a unas ocho niñas del pueblo, de familias necesitadas.
Las hermanas vienen a Puebla de la Calzada para atender a estas niñas y se comienza a trabajar con niñas y jóvenes, estudiando la posibilidad de dedicarse a la enseñanza.
En el año 1969 comienza su funcionamiento el Centro Ntra. Sra. del Carmen, año que se obtiene la creación de dos clases de Patronato, dependiendo del Ministerio de Educación y Ciencia. Eran unidades unitarias donde se impartían distintos cursos, con capacidad para 40 alumnas cada una. En 1971, también, se crea en el Centro una Escuela Hogar para niñas de población diseminada, procedentes de las casas aisladas de las zonas de las Vegas Bajas del Guadiana con capacidad para 90 niñas. Con el aumento de alumnas se nos conceden cuatro clases.
Las hermanas, viendo la afluencia de alumnas que la clase de párvulos, creada en el mismo Centro, producía, no dejan de luchar en los trámites para la solicitud de transformación de Centro de Patronato a Centro Privado subvencionado, con un aumento de número de clases.
En estos momentos, el problema que existía en la enseñanza y que los padres tenían que defender a toda costa, fue la libertad de educación para sus hijos, así como la financiación de la educación. Fueron unos momentos de incertidumbre y se fue-ron superando los obstáculos en una estrecha armonía entre la Asociación de Padres y la Dirección del Centro.
En 1974, fue declarado de interés social y se nos concede la transformación en Centro Privado subvencionado, con ocho clases y capacidad de 320 puestos escolares, con la condición de la realización de obras. A partir de este momento, se plantean: la remodelación de la casa o la construcción de un nuevo colegio en las traseras del edificio.
En 1977 comienzan a funcionar los ocho cursos de E.G.B. separando al alumnado en los diferentes cursos y unas clases de párvulos sin subvencionar, pero todavía en el antiguo edificio, hasta el curso 81-82, que estrenamos el nuevo edificio.
El camino desde los comienzos no ha sido fácil pero, con el esfuerzo de las hermanas y, sobre todo, de aquellos que han representado a la Congregación y de muchos permisos se ha podido conseguir el Colegio que actualmente tenemos.
Poco después, de nuevo, ¡¡obras!! Hay que adaptar el Centro a nuevos cambios según la normativa vigente, para poder impartir la Enseñanza de Secundaria.
Como Centro reconocido oficialmente, programa su acción a despertar y promover el desarrollo integral de la persona humana, en una actitud de profundo respeto a cada uno de sus alumnos.
La Comunidad, actualmente, está formada por tres Hermanas y dos seglares. Una es familiar y la otra, acogida por la casa, sin familia.
Además del apostolado del colegio se colabora estrechamente con la Parroquia en la pastoral de enfermos, llevando la comunión y visitas a otras personas que también lo necesitan. Participando en la liturgia y en los cantos cuando hay necesidad de ello.
Trabajo con grupos de jóvenes en convivencias y preparación de catequesis. Así como organización de campamentos que se llevan a cabo en el albergue de Villagonzalo.
Nuestra casa está abierta a distintos grupos que, a lo largo de la semana, pasan por ella: el grupo Raíces Poblanchinas, que ensayan todas las semanas cantos para los distintos tiempos litúrgicos. Comunidad Cafarnaún, que todos los martes se reúnen para compartir la oración, la formación y organización de eventos que, desde la parroquia o pueblo, demanden. La chocolatada solidaria, en diciembre.
En el Colegio, el apostolado, directa-mente con niños y padres en talleres, char-las, convivencias, excursiones, Días del Centro, Navidad, Cuaresma, Mes a María y Fin de Curso. Se intenta inculcar y vivir des-de los valores humanos, destacando la cooperación, el servicio, la ayuda. Siendo el «cole» un lugar familiar para aprender y educar.